Página 3 de 8 La ganadería ha sido tradicionalmente, y aún hoy lo sigue siendo en parte, una actividad basada casi exclusivamente en el aprovechamiento directo de los pastos y pastizales naturales.
La mayoría de las cabañas regionales -casi toda la bovina destinada a la producción de carne y la práctica totalidad de la ovina y caprina, así como las razas porcinas autóctonas- se mantienen todavía dentro de sistemas de producción extensivos.
Las propias características de las superficies pastables de la comarca -precipitaciones escasas, sequías estivales...- han favorecido este tipo de explotación.
Los pastizales de la dehesa están constituidos principalmente por especies animales y poco productivas, de aprovechamiento estacional en otoño y primavera, lo que implica una alimentación suplementaria para el ganado durante el verano y a veces en invierno. Esta última puede suplirse en gran parte con el aprovechamiento de la bellota y la acebuchina -el fruto del acebuche u olivo silvestre- así como del ramón.
Las cabañas existentes constituyen en este sentido un patrimonio zoológico de primer orden.Las distintas razas autóctonas, la retinta en el bovino, la merina en el ovino, o la ibérica negra o retinta en la porcina, por citar sólo las más relevantes en cada caso son, por sí solas, valores que exigen una protección adecuada.
No suele tratarse en casi ningún caso de animales de una alta productividad -ya se trate de ganaderías destinadas al sacrificio o a la producción de leche o lana- pero todas ofrecen en contrapartida unas condiciones de adaptabilidad al medio mediterráneo muy superiores a las que presentan las especies no autóctonas introducidas en las últimas décadas.
En cuanto al ganado bovino, la retinta es la raza más importante, se caracteriza por la excelente aptitud cárnica de las producciones y por una elevada rusticidad.
Castilblanco de los Arroyos y El Castillo de las Guardas con el 38% y 35% respectivamente, poseen la mayor parte de la cabaña bovina de la comarca.
Por lo que respecta al ganado bravo, adquiere en nuestra comarca especial relevancia. El toro de lidia está presente prácticamente en todos los municipios y muchas de las ganaderías cuentan con afamado prestigio.
La raza ovina característica durante mucho tiempo fue la merina pero la aparición de la fibras textiles sintéticas ha supuesto un cambio de estrategia en su explotación que ha tenido que reconvertirse hacia la producción de carne, contando los municipios de Castilblanco y Aznalcóllar con el mayor número de cabezas.
El ganado caprino que ha experimentado un relativo crecimiento durante los últimos años, está representado por las razas retinta, verata y serrana, con producción mixta de leche-carne.
Los municipios de Castilblanco de los Arroyos, El Castillo de las Guardas y El Ronquillo con el 41%, 30% y 16% respectivamente se reparten los mayores porcentajes de la cabaña porcina. En lo que a la cabaña equina se refiere, si bien ésta prácticamente carece de importancia cuantitativa, sin embargo la calidad de los ejemplares que se producen es excelente, predominando la pura raza española.
No obstante el crecimiento apuntado, el número de personas dedicada a este tipo de aprovechamiento ganadero disminuye debido a la dureza de las condiciones laborales, la dificultades del manejo de los rebaños y al no producirse los necesarios reemplazos generacionales. Entre los municipios de El Castillo y Gerena poseen alrededor del 60% de la cabaña.
La totalidad de las razas porcinas autóctonas pertenecen al tronco ibérico que tiene su origen en la subespecie mediterránea del jabalí. Las distintas variedades de este tronco común se caracterizan por su rusticidad y eficacia en el aprovechamiento de los espacios abiertos de las dehesas, así como por la excelente calidad de su carne y chacinas.
Tras una importante disminución de efectivos como consecuencia de la aparición en 1.960 de la peste porcina africana, ha experimentado un auge creciente propiciado por la rentabilidad y amplio mercado de sus productos en el contexto europeo.
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