El ciclo natural del agua se caracteriza por acusar un fuerte estiaje de tres o más meses, durante los cuales la escasez de lluvias hace que los cursos fluviales reduzcan notablemente sus caudales.Otro rasgo notable es la elevada evapo-transpiración ya que una parte importante del agua precipitada vuelve de esta forma a la atmósfera y consiguientemente disminuye la cantidad de agua que realmente discurre por la superficie terrestre. En nuestra comarca el agua adquiere especial relevancia al ser una importante zona receptora. Idea de ello da el que algunos de los más importantes embalses abastecedores del área metropolitana de Sevilla se encuentren en ella. Destaca El Madroño, por su especial riqueza hídrica al ser el término municipal de mayor pluviosidad de la provincia. Del sistema de ríos y arroyos que riegan el Corredor de la Plata hay que destacar al Guadiamar, Viar, Rivera de Cala, Rivera de Huelva, Rivera del Jarrama, Crispinejo o Agrio , arroyo del Gallego, arroyo Cañaveroso...
El río Guadiamar es el último afluente importante que recibe el Guadalquivir por su margen derecha aportándole caudales considerables que, en sus avenidas, llegan a ser del orden de los 1.500 m3/seg. El curso del Guadiamar presenta un cauce perfectamente definido en los primeros 62 km., desde su nacimiento en las proximidades de El Castillo de las Guardas, hasta el principio de la zona de marismas, en las que, a su llegada, se abre en forma más o menos irregular, vertiendo sus aguas sobre las tierras colindantes. En nuestra comarca recorre aproxima-damente 40 km. por los términos de El Castillo y Gerena. 
El Guadiamar está constituido en su curso superior por 2 corrientes principales: la del propio Guadiamar y la del río Agrio, que se le une por la derecha. A lo largo de su recorrido, nos ofrece dos tramos de características completamente diferentes, ya que, si bien en su curso superior sigue un cauce normal, después este cauce desaparece. La cuenca del Guadiamar tiene muchas semejanzas con el Rivera de Huelva, tanto en extensión como en características pluvio-métricas, si bien en su altitud media es algo menor que la de este río. La superficie de la cuenca es de 10,4 km2. Las cotas más altas del río están en la cabecera con cotas superiores a los 300 m.
El río Viar nace en la provincia de Badajoz y vierte sus aguas al Guadalquivir en el término de Castilblanco de los Arroyos en dirección norte-sur. En la margen derecha del Viar desembocan algunos arroyos que llevan agua durante todo el año: arroyo del Perrero, del Carpio,etc. Por esta margen también vierten sus aguas numerosos arroyos que se secan en período estival, llevando agua únicamente en épocas de lluvia, ya que el régimen que los alimenta es de origen pluvial. Mantiene un estado de conservación aceptable presentando un bosque galería en algunos de sus tramos, cobijando a un gran número de especies protegidas tanto de insectívoros como de carnívoros. La vegetación la constituyen álamos,adelfas, chopos, fresnos, sauces y zarzamoras, además de los matorrales propios de las riberas: jaras, tomillo, romero, etc.
El río Rivera de Cala bordea el límite Este de El Ronquillo con Almadén de la Plata, separando después los municipios de El Ronquillo y Castilblanco para desembocar en el río Rivera de Huelva ya en el término de Guillena; recorriendo aproximadamente 32 km. dentro de nuestra comarca. De este río se nutren dos pantanos: el de Cala y el de Castilblanco.
Tiene diversos afluentes de caudal permanente como el arroyo de los Pilones por su margen derecha y los arroyos de los Quejigales, del Grama, el Rey, etc. por su izquierda, contando también con varios afluentes de origen pluvial. La vegetación y la fauna son similares a las del río Viar.
El río Rivera de Huelva recorre unos 18 km. en nuestra comarca entre los municipios de El Castillo de las Guardas y El Ronquillo. Es afluente del Guadalquivir, vierte sus aguas por la margen derecha muy próximo a Sevilla y cifra su interés no solamente en las necesidades de regulación, sino que en su cuenca está basado el abastecimiento de agua de la capital y de los numerosos pueblos que la rodea. De sus aguas se abastece el pantano de la Minilla que está situado en los límites de los términos municipales de El Garrobo, El Castillo de las Guardas y El Ronquillo.
El río Rivera del Jarrama y el arroyo del Gallego son afluentes del río Tinto y hacen de divisoria municipal por el oeste y sur respectivamente de El Madroño. Al Rivera del Jarrama afluye el arroyo de Juan Antón, que nace al norte de la aldea del mismo nombre y recorre el municipio en dirección este-oeste. Esta red de arroyos y ríos tiene una organización típica de las zonas montañosas, excavando valles en V y aprovechando las fracturas de origen tectónico para trazar su curso. Las posibilidades de formación de acuífero son prácticamente inexistentes, ya que los materiales que constituyen el sustrato geológico son impermeables. No obstante, pueden formarse pequeñas bolsas de agua muy localizadas junto a los arroyos.
Por último hay que destacar el río Crispinejo o Agrio, que nace en las inmediaciones de El Castillo de las Guardas y penetra en el término de Aznalcóllar recorriendo unos 28 km. hasta el pantano. Las aguas del río Agrio -cuyo cauce está declarado oficialmente protegido- son de una acusada acidez debido principalmente a las explotaciones mineras de El Castillo y Aznalcóllar. Los pantanos que pertenecen a la comarca son La Minilla, Cala, Aznalcóllar y Castilblanco.
El embalse de La Minilla se encuentra situado en el río Rivera de Huelva en posición intermedia entre el embalse de Zufre y del Gergal. Se localiza sobre los términos municipales de El Garrobo, Castillo de las Guardas y El Ronquillo.
La zona del embalse de Castilblanco y sus inmediaciones está constituida por rocas ígneas, fundamentalmente plutónicas, en las que pueden distinguirse dos unidades fundamentales, ambas de gran extensión: el macizo de Castilblanco, sobre el que se asienta dicha población, que está situado prácticamente en su totalidad al este de la Rivera de Cala -que en esta zona discurre en dirección norte-sur- y el macizo de la Serrezuela, que limita con el anterior y se extiende ampliamente hasta el oeste.
El embalse de Aznalcóllar se construyó a finales de los años 80 en la confluencia de los cauces del río Crispinejo