1. Aspectos generales.
El suelo, es el soporte, la causa o el origen de una determinada vegetación, cuya estructura y composición florística dependerá también de otros motivos o circunstancias. Así, el clima es un factor determinante, y por ello, predomina una vegetación adaptada a situaciones adversas, caracterizada por una dura sequía estival que a menudo sobrepasa los cinco meses de duración .
Los árboles son en general de poca altura y espaciados, con hojas coriáceas, de colores pálidos y gruesa corteza. Los arbustos son los que muestran una gama de adaptaciones más extensa. Así existen con hojas de mínima superficie, lineares o aciculares como la aulaga y el brezo. Hojas con bordes replegados como el jaguarzo negro, romero; o cubierto de pelo o tomento como el mata-gallo y tomillo; con colores blanquecinos: jara blanca y jaguarzo. Las herbáceas son las que han resuelto mejor la cuestión pues mueren al comenzar el estío, no sin antes haber dejado un número suficiente de semillas que garantice la supervivencia de la especie. Además de la amplia lista de especies autóctonas, hay muchas plantas exóticas, traídas como plantas de cultivo u ornamentales, llegados otras por las rutas comerciales. Todas se han aclimatado y forman parte del paisaje. Hay numerosas especies foráneas que viven de forma asilvestrada; algunas tan conocidas como la pita, chumbera, ricino o vinagrillo que proceden de tierras lejanas como América tropical o Sudáfrica.
2. Recursos paisajísticos
La dehesa es el paisaje más representativo de la comarca. El nivel óptimo para que se desarrolle una dehesa oscila entre los 300 y 500 m de altitud. La pluviometría anual varía entre los 400 y los 800 mm, dentro de las características específicas del clima mediterráneo. Ocupa fundamentalmente áreas pizarrosas y graníticas, con suelos poco profundos y ácidos. La dehesa tiene un tipo de organización donde se integran los aprovechamientos agrícolas, ganaderos y forestales, destacando en nuestra comarca la dehesa utilizada como hábitat del toro de lidia, muy abundante en la zona. El corcho, la leña, las tierras labradas, la apicultura, las plantas aromáticas etc. son recursos complementarios que dan idea de la enorme diversidad de recursos de la dehesa. Al hablar de dehesa tenemos que nombrar como protagonista de la misma a la encina, que es sin duda alguna, la especie forestal dominante en la comarca. La encina suele ir acompañada del alcornoque, presente también en la zona.
Las repoblaciones forestales constituyen otro tipo de paisaje de la comarca. Se centra fundamentalmente en los términos de Aznalcóllar y El Madroño, donde llega a ser el primer uso del municipio al suponer el 50% de la superficie municipal, mientras que en Aznalcollar, la superficie repoblada más la que cuenta con vegetación natural, sobrepasa el 60 % de la superficie del término. Las repoblaciones están compuestas fundamentalmente por pinos y eucaliptos, si bien este último va desapareciendo sustituyéndose por repoblaciones de pinos y encinas.
El monte bajo aparece en el entorno de las dehesas, actuando como transición entre el espacio agrario y las repoblaciones. Está representado por el matorral, elemento indisociable del monte mediterráneo. Predomina en zonas conprecipitaciones inferiores a los 200 mm, irregularmente repartidas y con importantes variaciones intranuales; así como en zonas difícilmente conquistables para el arbolado, que suele refugiarse allí donde puede compensar el déficit hídrico. Este matorral está formado por especies tan adaptadas a la falta de agua que incluso llegan a desprender las hojas durante el verano, invirtiendo el proceso normal de defoliación.
Está constituido por una mezcla irregular de especies diferentes, pero con predominio de esclerófilas y laurifolios; es decir, especies de hoja dura, pequeña, rígida y persistente, con una gran presencia de especies arbóreas propias del bosque mediterráneo pero reducidas a talla arbustiva. El matorral más representativo está compuesto por jaras, retamas, aulagas, madroños, palmitos, etc. que se caracterizan por su importancia ecológica y paisajística.
El monte alto es menos frecuente en la comarca aunque lo componen básicamente la encina, el alcornoque, el roble andaluz, el castaño, etc.
El bosque de ribera se extiende en la comarca por la mayor parte de sus ríos y arroyos. La vegetación presente se caracteriza por la formación de bosques galerías a base de álamos, alisos, fresnos, adelfas, chopos, sauces, zarzamoras, etc.